La telebasura se siente cómoda en nuestro país. Más allá de las eternas y agotadoras discusiones, de si el telespectador es quién busca este formato o son los medios quienes lo instauran. Más allá del escaso valor informativo y la idiosincrasia ibérica al despellejo del vecino; uno se pregunta: ¿que tipo de 'profesionales' mantiene en nómina 'la cadena amiga'? ¿Esta gente en que facultad de periodismo estudió? ¿Donde queda la ética y deontología periodística?
La cadena de Silvio Berlusconni, 'il cavaliere', ha creado una nueva forma de interpretar la realidad. Una nueva manera de ejercer el Periodismo libre de las ataduras morales que puedan hacer perder una jugosa exclusiva. La profesión periodística sufre un nuevo desmembramiento. El Periodismo comprometido y social queda cada vez más lejos del panorama mediático real. Sin cabida en los medios, este periodismo cívico muta en quimera para estudiantes universitarios.
El último capotazo a la deontología profesional de Telecinco, sucedió la semana pasada. Isabel García (quién sufre un leve retraso mental, con un 47% de coeficiente intelectual), mujer del presunto asesino de la niña Mari Luz Cortés, se vió sometida a un interrogatorio mediático, por parte de miembros del equipo de Ana Rosa Quintana (esa gran profesional informativa). Tras varios minutos de presión, por parte de la reportera, Isabel García se rompe emocionalmente. Comienza así la confesion (¡ON-LINE!) con respecto a la supuesta autoria de su marido, Santiago del Valle, en el crimen de la niña Mari Luz Cortés el pasado enero del 2008.
Telecinco, la cadena mágica, maestros a la hora de trasnmutar el dolor y drama ajeno en su propio beneficio económico.
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